sábado, 28 de agosto de 2010

Febrícola del Sábado por la Noche: Commodores "Brick House"

No me pregunten por qué, pero me topé con esta rola y tuve un flash back muy cabrón a una época en donde no había ni internet, ni sida, ni todas estas señales que preceden al fin del mundo.



El día que lancemos al aire toda la música que se produjo en la era disco y al azar alcemos la mano para pescar las canciones que valieron la pena, probablemente se encuentren los primeros dos minutos de esta rolita.

Se las dejo a ver si como decían por entonces: "pueden resistir el jalón de sus pies hacia la pista, y fuego".

viernes, 20 de agosto de 2010

El Quijote Como CEO


El Quijote, El Mejor CEO Del Bicentenario

Edgar Amador

Si alguien en estos años se parece a la España de Felipe II, es el Banco Santander, y no únicamente por los aires imperiales de su titular, sino porque como en aquella España que los peninsulares recuerdan aún con nostalgia, en los dominios del banco de Emilio Botín, no se pone nunca el sol. Pero para el gran público que conoce poco de las modernas estructuras corporativas, seguramente sería una sorpresa enterarse que el banco insignia de la Armada corporativa española es mucho menos español que la selección que acaba de ganar la copa de la FIFA.

El mayor accionista del muy español banco Santander es el fondo de inversión estadounidense Capital Research and Management, quien detenta algo así como el 5.004% de las acciones. De hecho, Santander es más suizo que español, y por un breve lapso, el banco Crédit Suisse, quien hoy mantiene el 4.659% de las acciones del Santander, fue el mayor accionista.

El segundo mayor accionista de Santander es el fondo estadounidense Blackrock, con el 4.775%, mientras que el gigante francés BNP Paribas ostenta el 2.867%, y la italiana Assicurazioni Generali es dueña del 1.039%. La familia Botín, quien ha manejado el banco por más de un siglo, tiene algo así como el 2% de las acciones.

¿Por qué los bancos suizos y/o franceses no compran a Santander y se encargan ellos mismos del negocio bancario? Porque Santander habla español, y por muy buen CEO que Emilio Botín sea –y hay muy pocos como él en el mundo-, el más grande CEO es Miguel de Cervantes Saavedra.

Para los negocios bancarios, como el de BBVA y Santander; como el de comunicación de Telefónica o Prisa; como el editorial, de Santillana y Planeta; e incluso para sectores como el de la construcción de OHL y Abengoa, el insumo más importante, antes incluso que el capital y la tecnología, es el idioma. Si una corporación global habla español, entonces tendrá su puerta abierta y una ventaja inicial para dominar esa vasta región geográfica y humana que es la América Latina, y desde allí podrá expoliar los beneficios y el capital para lanzarse a la conquista del resto del mundo, tal y como lo han hecho, como ningunos: Santander y Telefónica.

Las transnacionales españolas están cosechando hoy una ventaja competitiva que sembraron hace más de quinientos años en Latinoamérica: el idioma español. Es por eso que el Quijote, en tanto símbolo de ese bella lengua nuestra, nacida hace más de mil años en un rincón desconocido de Castilla, es el mejor CEO.

Si un producto o servicio es producido por una empresa española, lleva las de ganar contra cualquier otra empresa en Latinoamérica: contra las otras empresas extranjeras tiene la ventaja del idioma, vean a BBVA contra Citigroup en México; y contra las empresas locales tienen la ventaja del acceso al capital, vean a Telefónica contra Telmex.

Al capital global, compuesto por una variedad de individuos que va desde los grandes millonarios de Forbes, hasta los pensionados de países europeos, pasando por inversionistas individuales, lo único que les debe de importar es su retorno. Ganar un rendimiento que les permita alcanzar sus objetivos: de retiro, o de adquisición de yates o de tener una vida más holgada.

El rendimiento de su inversión es lo único que importa a los inversionistas. A un inversionistas estadounidense poco le importa invertir en Citigroup o en Santander, lo que quiere es que el banco en el que invierta obtenga los mayores beneficios en América Latina. Durante años, los bancos estadounidenses han tratado de penetrar el mercado Latinoamericano, con regulares resultados. Pero cuando los dos colosos españoles, con el Quijote como CEO, reconquistaron el continente, no hubo quien los parara.

Los inversionistas globales entonces, se dieron cuenta que las mejores empresas para sacarle partido a América Latina no eran necesariamente las empresas estadounidenses, sino las españolas, y allí es donde han puesto su dinero. Credit Suisse por ejemplo, jamás pensaría en la molestia de establecer una red bancaria desde el Río Bravo hasta la Patagonia para sacar tajada de América Latina, los suizos hacen lo más inteligente, compran el 5% de Santander y se benefician de ese CEO, el Quijote, quien en combinación con Emilio Botín han encontrado la mejor fórmula para sacar beneficios de la vasta región latinoamericana, de donde procede casi la mitad de las ganancias del gigante bancario.

Las empresas globales de hoy sólo detentan la nacionalidad en su nombre, en la sede matriz y en su Management. Santander es español porque está en Madrid, y porque es dirigido por una familia española, pero sus accionistas, y por tanto, quienes se llevan la mayor parte de sus beneficios, se encuentran desperdigados por el mundo, incluso en España. Esos accionistas han empleado a Emilio Botín y a su equipo como los custodios de su capital y los encargados en hacerlo crecer lo más alto y rápido posible, y se han dado cuenta que en Latinoamérica, banco que habla español, mata a banco que habla inglés o francés.

Por eso, porque el español, ese legado compartido por más de 400 millones de personas en el mundo, es uno de los activos más importantes que una empresa puede tener en estos años de globalización, es imperdonable que los empresarios y el estado mexicano hayan renunciado a tener marcas globales, fuera de muy pocas, y cada vez más escasas, excepciones.

No hay un solo banco mexicano internacional, y los bancos nacionales son una especie en extinción en México. Y eso no es un mal menor. Un banco global mexicano tendría acceso al capital internacional, como lo tienen Santander y BBVA, y a la mejor tecnología y procedimientos, y eso crearía una clase empresarial mexicana que traería para el país rentas, regalías, primas, que los inversionistas globales estarían dispuestos a pagarle a los mexicanos para que les custodiáramos y maximizáramos su capital haciendo negocios en América Latina.

En cambio estamos pagando a los bancos españoles (y estadounidenses, ingleses y canadienses) una prima por darnos aquí los servicios bancarios, algo que por ejemplo los brasileños y argentinos decidieron que podían hacer por ellos mismos.

sábado, 14 de agosto de 2010

Contándoles Un Secreto: Jerry Jeff Walker “LA Freeway"

Si tú eres el sobrino mayor de tu tío el menor, y si el susodicho tío se llama Noé Zamora, entonces estás perdido: te tiene que gustar Jerry Jeff Walker.

En un mundo en que todo es cada vez más igual, y ya hay pocas cosas que sean diferentes, una de las cosas que me hacen distinto, junto con mi tío Noé y un pequeño grupo de desconocidos (bueno hay un fan de él muy conocido, Warren Buffet), es nuestro gusto excéntrico por esa rareza que se llama Jerry Jeff Walker.

Jerry Jeff Walker es un neoyorquino que siguió un destino estrafalario: ser tejano. Y eso provocó que en vez de haber sido un pobre imitador de, digamos, Bob Dylan, se convirtiera en el cantante de música Country más extraño: blusero, rockandrolero, pero en la superficie, ranchero. El le llama a su género Cowjazz, imagínense nomás.

A mi tío le gustan las muy divertidas “Sangria Wine” y “Red Neck Mother”, y esas fueron mis primeras rolitas de Walker que me gustaron, hasta que me topé con “LA Freeway”.



“LA Freeway" es un rola que a mi me hubiera gustado escribir: el autor deja Los Angeles, cansado de intentar triunfar en su escena musical (reminiscente del “New York’s not my Home, de Jim Croce), y sobre la autopista, sin mirar atrás, le dedica a la magalópolis versos ardidos, rencorosos, pero tiernos.

La imagen del verso inicial es incomparable: “empaca todos tus platos”...pero mis favoritos son: “dile adios al casero de mi parte/el hijo de puta, me aburrió siempre” ; y sobre todo el bellísimo “Adios a todo ese concreto/voy a conseguirme una sucia calle arrabalera” (en inglés suena mucho mejor: “Adios to all this concrete/gonna get me some dirt old back street”).

Para que no sigan yendo por la vida tristes y menoscabados, para todos aquellos que no lo conocen, señoras y señores, niños y niñas, les presento al enorme y único: Jerry Jeff Walker.

domingo, 8 de agosto de 2010

Domingos Rancheros: Aveces Mugía: San Juan Del Río

Dicen que la nostalgia es reaccionaria, pues este domingo ranchero estoy visitando a mi hermana en el corazón reaccionario de México: Querétaro, de fernandezcevallezcas latitudes, y pues ando reaccionario de tan nostálgico.

Y como cerquita de aquí queda San Juan del Río, pues mi nostalgia se fue de ese lado y propongo para este domingo ranchero a este gigante, cuyo nombre prefiero en la versión aliterada de los altísimos polivoces: Miguel Aveces Mugía.

La canción es una de mis favoritas: "San Juan del Río", o “Paloma de donde vienes”. La versión más conocida de esta rolita es de mi paisana, Chayito Valdez, pero aquí les presento esta versión con Miguel Aveces Mugía por varias razones.



a) Aveces Mugía no nomás mugía, sino que cantaba como pocos, y esta es una grabación viejísima que muestra sus espolones;
b) este post en youtube lo hizo un brasileño, con ayuda de un chileno, atestiguando la universalidad de esta bella música que en un descuido, en donde menos se oye, sea en en su lugar de origen;
c) si le pinchan abajo pueden ver la letra completa de esta rola, la cual es bellísima, y que la hacen, junto con la tonadita, una de mis favoritas, les dejo dos cuartetos nomás para que lean las estrofas completas:

"Los higos y los duraznos
en el árbol se maduran
Y los ojitos que se quieren
desde lejos se saludan.”

Esto es poesía pura, estrofas bucólicas perfectas y envidiables por su sencillez y picardía.

Pero si a picardía vamos, vean lo que sigue:

"Cuando naranjas, naranjas
cuando limones, limones
chatita cuando te bañas
muy tres piedras te me pones”

Nostalgia por esa canción mexicana sencilla pero redonda, sublime de lo inocente, y con tonadas fáciles y ligeras, y voces que tristemente, ya no hemos vuelto a escuchar.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Al Estancamiento, ¡Y Más Allá!

No es correcto que uno mismo celebre sus aciertos. No es de gente decente. Por eso no voy a decir que el actual debate actual entre los economistas y en el mercado, el cual se está inclinando a favor de la evidencia de que la economía global, y con ella la mexicana, se encuentran al punto del estancamiento, ya había sido anticipado en varias columnas de este, su inseguro servidor, desde hace más de un año. De veras que no lo voy a decir.

Lo que sorprende es que inversionistas, economistas, políticos, se muestren ahora sorprendidos de que los datos más recientes de las economías estadounidense, global y mexicana, apuntan claramente a una lateralidad frustrante. Algunos economistas, señaladamente aquellos que pudieron prever el derrumbe económico de 2008-2009 (Roubini, Krugman, etc.) dijeron desde hace muchos meses que la vigorosa recuperación económica que vimos en casi todas las economías en el segundo semestre del 2009 y el primer semestre del 2010 fue resultado de un rebote técnico y el efecto de los incentivos fiscales.



El argumento es muy sencillo: las economías global y estadounidenses fueron salvadas de una depresión y limitaron su caída a una recesión, sólo porque los diferentes Estados nacionales inyectaron cantidades masivas de gasto público financiadas con déficits. Al evitar una implosión económica, los Estados convirtieron millones de deudas privadas en deudas públicas, pero sólo cambiaron de lugar el problema: la montaña de deuda pasó de manos privadas a manos públicas, pero no se ha pagado, y esa es una de las razones por las que nos dirigimos, como hemos insistido en este amable espacio, hacia un estancamiento casi secular de las economías, incluyendo la mexicana.

Junto con la montaña de deuda, la otra ancla al crecimiento económico global es el persistentemente alto desempleo. El exceso de apalancamiento de los casi treinta años precedentes a la implosión económica de 2008-2009, produjo un calentamiento artificial de algunos sectores: la banca, la construcción, los bienes raíces, que produjeron una expansión desproporcionada del empleo, sobre todo en los Estados Unidos, y en algunas otras economías como España, Irlanda, Islandia, etc.

Al desaparecer el financiamiento que artificialmente alimentó ese auge, no sostenido en aumentos de productividad multifactorial, lo que ha quedado es un páramo laboral: una tasa de desempleo persistentemente alta que se alimenta a sí misma: el desempleo no baja porque no se crece y no se crece porque el desempleo es muy alto y no hay consumidores que impulsen la economía.

Esta combinación de alta deuda pública y privada; alto desempleo, y tasas de interés prácticamente en cero pondrán en un severo impedimento a las economías, pues se está caminando sobre una navaja de tres filos: los déficit fiscales son ya tan altos, que instrumentar una política fiscal expansiva adicional tendría costos de financiamiento y políticos muy altos; la deuda privada sigue tan alta, sobre todo en Estados Unidos, que no es factible esperar en el corto plazo un aumento en la demanda proveniente del consumidor; y la política monetaria, con las tasas de interés en cero, se encuentra en una situación límite de ineficiencia.

Tras la primera revolución keynesiana de los años 30-40 del siglo pasado, los economistas se pusieron a desarrollar modelos de crecimiento que buscaban mezclas óptimas de inversión y consumo que produjeran lo que se llegó a conocer como la “regla de oro”, la combinación óptima de recursos que produciría niveles de crecimiento, empleo e inflación óptimos. En esos años se acuño también el terrible anverso de ese estado estable de crecimiento: “la regla de hierro”, en donde tanto el empleo, como el crecimiento y la inflación se encontraban en estados sub-óptimos.

Algo similar a la “regla de hierro” están sufriendo la mayoría de las economías: crecimiento magro o negativo, alto desempleo, y amenazas de deflación. Estas tres desgracias se alimentan a si mismas y ponen a las economías en una senda de estancamiento prolongado, y esa es justamente la amenaza que acecha en estos momentos.

¿Cómo salir de esa círculo vicioso de la “regla de hierro”? Los keynesianos acertadamente dijeron, como se actuó también en 2008-2009, que un disparo del gasto público deficitario evitaría caer en ese estado abúlico. Pero el exceso del expediente deficitario que vimos en los 60-70, y estamos viendo de nuevo en 2009-2010, nos pone ante el límite de la política fiscal expansiva a la que hacíamos referencia, las políticas keynesianas tienen en sí su propio límite.

A finales de los 70, ante el agotamiento de las recetas keynesianas, la escuela de los ofertistas (supply-side) comenzó a ganar terreno. En realidad los ofertistas reciclaron una idea básica de un contemporáneo y rival de Keynes: Scumpeter. El crecimiento viene dado no por el gasto público, sino por las olas de innovación tecnológica. No es casual que el auge de los ofertistas y sus derivaciones, y la caída del keynesianismo a partir de los años 90 y hasta el 2008, coincidieran con el dilatado auge tecnológico disparado por la informática.

Mi formación como economista no académico, sino como economista de mercado, me ha producido una convicción: tanto el keynesianismo como los ofertistas y sus múltiples derivaciones, tienen razón, depende en qué parte del ciclo se encuentre la economía.

¿En donde estamos ahorita? Muy cerca del agotamiento de las políticas keynesianas (pero aún le queda cartuchos), y por tanto necesitados de una oleada schumpeteriana de innovación tecnológica que transforme este círculo vicioso de estancamiento en una expansión sostenida sin necesidad de déficit públicos.

El problema es que mientras las políticas keynesianas son discrecionales, las olas schumpeterianas son estocásticas, aleatorias, imposibles de predecir: una oleada de innovación tecnológica no se produce a voluntad, así que si nos sentamos a esperar la próxima ola de “creación destructiva”, nos podemos pasar varios años todavía. Y ese es el riesgo.

domingo, 1 de agosto de 2010

Regresando de Vacaciones: “El Triste"

Perdon señores, pero andaba de vacaciones, y por lo tanto, dejé tirado en el cyber espacio a este blog accidental. Prometo ser más diligente de aquí en adelante, y estoy preparando un texto para platicarles sobre cómo creo que va a venir la economía en los próximos meses, ahora que todo mundo está hablando de lo que -si, ya sé, ya sé- aquí hemos dicho de manera repetida en el pasado: que viene una desaceleración de esta recuperación económica encendida por puros déficit gubernamentales.

Pero por lo pronto los dejo con esta rolita, del enorme José José, cuando quedó en segundo lugar (increíble, no ganó) en un festival de la canción que fue el antecesor del ya extinto OTI bolivariano. La rola por supuesto, es “El Triste”, y si no han visto el video no se lo pierdan, es el maestro en todo su esplendor.



Va entonces “El Triste” para entonar con el fin de mis cortas vacaciones. Abrazos.